El objetivo de esta conmemoración es consiste en compartir y difundir nuestra
lengua minoritaria entre la sociedad, como herramientas para construir en igualdad y
además impulsar medidas para normalizar su uso más allá de los ámbitos doméstico,
educativo, social y sanitario. Así cuanto mayor sea el conocimiento de la lengua de
signos, mayor será su transcendencia para muchas personas sordas y sus familias y
con más facilidad se adoptarán actitudes de tolerancia y empatía entre la ciudadanía.
Este año queremos hacer un homenaje a los signos de nuestros pueblos andaluces.
Como sabemos desde el punto de vista lingüístico, la existencia de signos para
nombrar la mayoría de pueblos andaluces, demuestra que desde el más recóndito
pueblo andaluz a lo largo de su ancho territorio viven personas sordas en los pequeños
municipios. Es una manera de demostrar a la sociedad, que el uso de la lengua de
signos, pasa por el mantenimiento de tradiciones y actitudes de identificación cultural
que han servido para arraigar un fuerte sentimiento de comunidad y por consiguiente
“sus signos”, son el reflejo de la vida y del pensar de los usuarios y usuarias de esta
lengua, personas sordas que participan en una sociedad e interaccionan entre sí a
través de dicha lengua.